Saturday, July 16, 2005

A ti, mi querida desconocida

Con la piel tostada aconteces en mi vida, como un espía benefactor. Me sonríes, cómo la primera sonrisa de una vida, de la primera vida que vio la luz, después de la eterna oscuridad.
Con la mirada complaciente de una madre al hijo que da sus primeros pasos, mi alma se agita y mi corazón traquetea ante ese resplandor que emites.
Al despertar no te veo, hasta que me doy cuenta que te tengo dentro de mí, pues habitas en las profundidades de mi corazón y de mi alma, donde nunca saliste.

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